«El siciliano es pesimista como lo es quien acepta sin remedio que no se puede ser de otra manera. Mi naturaleza de escritor es siciliana, ligada al drama de la identidad y de la relatividad ».
«Sicilia es un lugar difícil para vivir, donde la inteligencia se hace más fina. El siciliano es inteligente, pero tiene una inteligencia con muchos aspectos negativos, tales como la exasperación del individualismo ».
«Mis ideas sobre Italia se basan en el amor a la tierra. Este amor es igual a lo que yo siento por Sicilia: la amo y por eso la juzgo ».
Leonardo Sciascia, un escritor que a lo largo de su trayectoria personal y creativa no ha dejado de hacer nunca una referencia constante en Sicilia y su gente, ofrece en los relatos recogidos en este libro cuatro perspectivas diferentes: la de los que, a pesar más acabada la guerra europea imaginaban América como una inmensa tienda llena de cosas buenas, carne, café y trajes de colores; la de los que se mantenían encarnizadamente fieles a ciertos planteamientos comunistas; la de quienes acabaron dejando de lado antiguas convicciones para abrir los brazos al poderoso Garibaldi, o, finalmente, la de aquel minero que para huir de la miseria se ve enrolado en las fuerzas fascistas «hermanas» del joven militar Francisco Franco.